Año Nuevo Indígenas: Pueblos Originarios y la Celebración del Solsticio de Invierno/Inti Raymi
Esta semana se conmemora en centenares de comunidades originarias del Hemisferio Sur de América un Nuevo Ciclo Anual coincidente con el Solsticio de Invierno.
Ciclos naturales, ritmos cósmicos y energía: el Intiq Raymin del mundo andino.
Las culturas agrícolas observaron que la vida renacía después del invierno; que las plantas florecían en primavera y fructificaban en verano; que el Sol daba su calor y su energía a todas las formas vivientes. Los incas, asentados en el hemisferio sur del planeta, celebraron con el Intiq Raymin (Intiq, Sol; Raymin, la Fiesta) el momento en que el Padre Sol ( Tayta Inti ) iniciaba su marcha hacia el Sur para calentar esta parte del mundo, entre el 21 y el 24 de junio. La ciencia conoce a este fenómeno como el solsticio (Sol quieto) de invierno, la noche más larga del año. Para los pueblos originarios era el momento en que los ciclos de la naturaleza y del cosmos recargaban su energía, para reiniciar renovados, el Nuevo Tiempo.
Desde entonces todos los pueblos andinos tributan respeto y reconocimiento al Sol como principal fuente de la vida, celebrando al mismo tiempo el comienzo de un nuevo año (Musoq Wata), coincidente con el solsticio. Según su calendario, estos pueblos atraviesan hoy el año 5524, ya que su cronología se origina en el centro sagrado de Tiwanaku y cada milenio corresponde a un Sol. A partir de la llegada de los conquistadores españoles transcurre el Quinto Sol, o sea, los últimos quinientos veinticuatro años.
El calendario andino se basa así en el movimiento del Tayta Inti que determina la sucesión de las estaciones, y se compone de doce meses lunares más una cantidad de días complementarios, todo lo cual es representado con la Chakana, que preside el ciclo ceremonial. La Chakana o “Cruz andina” es la Constelación del Sur –conocida como la Cruz del Sur-, y es una síntesis de la cosmovisión andina: es la unión del cielo y la tierra y reúne a los principios femenino (Urin Saya) y masculino (Hanan Saya), exponentes de la Dualidad. Organiza a las cuatro estaciones, a las ceremonias y sus fechas. Expresa la idea del tiempo circular y sagrado, muy distinto al tiempo cronológico occidental; es un tiempo que se renueva a si mismo, a la naturaleza, a los hombres y al Universo a través de las ceremonias, rituales y festividades.
El mes de junio se llama Intiq Raymin y en el día 21 que coincide con el solsticio de invierno y con la aparición en el cielo de la constelación de las Pléyades (“Las siete cabritas” según los incas) se realizaba -y se realiza- la celebración que lleva el mismo nombre. Se hacen ofrendas al Tayta Inti para propiciar la continuidad y renovación de la vida, para que sus rayos sigan brillando y aseguren buenas cosechas y salud para todos los seres vivientes. Como en todas las ceremonias, el hombre cumple el rol de ayudar a sostener el equilibrio del cosmos, uniendo al cielo y la tierra.
Wiñoy Xipantv ó el Nuevo Ciclo de la Vida mapuche
Esta conmemoración del Año Nuevo se extiende a otros pueblos como el mapuche, para el cual el calendario gregoriano no alcanza a determinar con exactitud el momento preciso del cambio de ciclo que si sus Mayores indicaron: el Wiñoy Xipantv (en mapudungun “nueva salida del Sol y la Luna”), momento en que las señales de la naturaleza indican que el Ciclo de la Vida se renueva
Esta conmemoración del Año Nuevo se extiende a otros pueblos como el mapuche, para el cual el calendario gregoriano no alcanza a determinar con exactitud el momento preciso del cambio de ciclo que si sus Mayores indicaron: el Wiñoy Xipantv (en mapudungun “nueva salida del Sol y la Luna”), momento en que las señales de la naturaleza indican que el Ciclo de la Vida se renueva
“Nuestras comunidades o Lof, realizan su celebración al interior de sus territorios, en el día indicado cada año. Como organización, hemos tomado el día 24 de Junio, para anteponerlo al santoral impuesto sobre esa fecha. Lo hemos declarado Día Nacional Mapuche e invitamos a la sociedad criolla a reivindicarlo como una celebración de la naturaleza que convoca a mapuce y no mapuce” afrrman desde la Confederación Mapuche del Neuquén.
“De allí” -continúan- “que planteamos que sea un feriado general, para que cada familia de este lugar del hemisferio sur podamos celebrarlo y no sea una fiesta excluyente de la gran población criolla. La manifestación de vida que expresa la naturaleza y el conjunto de todas las vidas (Ixofijmogen), no es hacia los mapuce en particular. Es un llamado para todos aquellos que creen que hay un orden y leyes naturales que deben conducir la conducta humana y se deben respetar y defender ante los patrones antropocéntricos, consumistas e individualista de un sistema que devasta todo a su paso”.